jueves, 3 de junio de 2010

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2.DESARROLLO DEL YO

El yo es el centro de nuestra identidad personal. Va cambiando durante nuestro desarrollo intelectual y socio afectivo, lo cual nos permite lograr un autoafirmación madura.se dan cuatro niveles en el desarrollo del yo, equivalentes a las etapas del desarrollo de la inteligencia:
El yo impulsivo
Corresponde al niño recién nacido hasta los 2 años aproximadamente, a esta edad el niño reacciona y actúa solo en función de sus necesidades, su afectividad se mueve entre el placer y el displacer. No se percibe como una persona independiente, pues se está construyendo en referencia a los otros que le rodean. Un ejemplo es la pataleta que hace una niña para que le den más caramelos en vez de almorzar.
El yo egocéntrico
Se forma entre los 2 y 7 años. El nivel de toma de conciencia de su yo y el de los demás se va ampliando lentamente. A los 6-7 años es ya capaz de establecer relaciones interpersonales y, luego, ya bordeando los 7 años, se abre a las necesidades del otro. Por ejemplo, podemos ver a un niño tratando de llamar la atención de su mama para conversar con ella, a pesar que está hablando por teléfono.
El yo interpersonal
La persona logra diferenciar con precisión la experiencia del mundo interno de la realidad externa a él. Se enriquece la interacción con los otros, el reconocimiento de los diversos roles sociales y la compresión de las perspectivas de los otros como diferentes de la propia. Un niño de 9 años que espera su turno para hablar, cuando uno de sus compañeros está interviniendo, sería un ejemplo de esta etapa.
El yo transpersonal
A partir de los 12 años, podemos hablar de un yo en el sentido prospectivo, que va más allá de los demás. El adolescente supera el marco de las relaciones interpersonales para elaborar su propi proyecto de vida, lo cual va a determinar su actuación social. Es principalmente en esta donde la autoafirmación se hace más latente y necesaria.
Referencia: libro persona familia relaciones humanas, 5to secundaria, ministerio de educación. Páginas 17, 18.

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